jueves, 28 de mayo de 2009

El Plan Concertado

Podríamos definir el Plan Concertado como la distribución de las competencias en materia de servicios sociales que obliga a la cooperación económica y técnica y al consenso entre los tres niveles de la Administración (Estatal, autonómica y local). Con esta medida se pretende universalizar la asistencia básica, llegando así a todos los ciudadanos en situación de necesidad, independientemente del lugar donde resida; de esta manera se cumple con el principio de solidaridad e igualdad.
Para llevar a cabo y garantizar estas acciones cuentan con una red pública de equipamientos (centros de servicios sociales, albergues y centros de acogida). Pero todo esto no sería viable si no existiera una cooperación efectiva entre las diferentes administraciones. Dicha colaboración, a mi parecer es esencial, ya que el hecho de compartir las experiencias en ciertas materias puede allanar la implantación de otro proyecto en otro municipio o guiar a los profesionales en las pautas que deben seguir; esto es posible porque ya conocen de antemano los resultados que ha obtenido en otra parte del territorio, en donde las características sean similares. Lo veo especialmente útil, por ejemplo, en asuntos como la inmigración, donde hace unos años sólo unas pocas comunidades, las más costeras generalmente, tenían realmente el grueso de la población extranjera. En su momento, cuando comenzó ha extenderse prácticamente por todo el territorio, aquellas comunidades en las que ese problema era nuevo pudieron basar su actuación en las experiencias en las que otras autonomías llevaban trabajando años; por lo tanto tienen un apoyo importante y no comienzan de cero.
Como conclusión final, sólo decir que los objetivos que pretende el plan concertado es una acción social muy importante y fundamental, a mi respecto, para un país desarrollado que se considera, democrático y social. Pero todavía queda mucho camino por recorrer, ya que todavía hay muchas personas que se encuentran desamparadas y con una situación de vida muy básica y precaria.

domingo, 5 de abril de 2009

Ley de dependencia

La Ley de dependencia fue presentada y aprobada a principios del 2006. Mediante la misma, España constituía el llamado “cuarto pilar del Estado de Bienestar” que hace referencia a los cuidados de larga duración. Y es que, a través de esta ley, España adquiría un gran compromiso social y entraba a formar parte del modelo europeo que, ya en su constitución proclama garantizar la protección en casos como la dependencia y la vejez entre otros.
Lo que es evidente, es que había un vacío de protección que perjudicaba a numerosas personas que, debido a deficiencias, enfermedades o trastornos, necesitan del apoyo de una tercera persona para realizar las actividades más básicas del día a día. Y no sólo se encuentran desprotegidas estas personas con carencias, sino también sus cuidadores, los cuales suelen ser sus familiares en la mayoría de los casos.
De esta manera, los servicios públicos prestarán un gran apoyo que ayudará a descargar a numerosas familias, y en especial a muchas mujeres, de una parte del desmesurado trabajo que debían realizar en solitario y con grandes sacrificios.
Lo cierto es que esta ley, lamentablemente y por diversos motivos, no está funcionando como se esperaba.
Según el cálculo realizado por la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, los dependientes tardan entre 8 y 15 meses en tramitar las ayudas. Hay muchos casos en los que las personas dependientes mueren en el proceso de solicitud. Aunque no todas las comunidades están haciendo igual su trabajo. Andalucía, Aragón, Castilla y León y País Vasco sacan un notable, según el Observatorio de esta Asociación; y Canarias, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia suspenden estrepitosamente.
Es normal que una ley tan ambiciosa tenga dificultades para que comience a funcionar al cien por cien, ya que siempre hay unos plazos de adaptación en los que de forma gradual se va estabilizando. Pero pienso que no debería de existir esas diferencias tan abismales en la gestión entre las distintas CC.AA. Todos los dependientes deberían de tener las mismas oportunidades y derechos, independientemente de la comunidad donde resida. Esto pone de manifiesto que existe una gran descoordinación entre las diferentes instituciones públicas y que no se está siguiendo un mismo plan de trabajo.
En mi opinión, pienso que esta ley supone un gran avance social. Sin embargo, aunque no está funcionando como se esperaba (lo cual hay que corregir en la mayor brevedad), creo que esta ayuda es fundamental, y, con el transcurso de los años lo será aún más. Con esta medida, el Estado está previendo el envejecimiento acelerado de nuestra población y las evoluciones que están experimentando las familias actuales, las cuales cada vez tienen menos capacidades para encargarse del cuidado de sus familiares dependientes. Al mismo tiempo, esta ley también afecta positivamente a las mujeres (principales cuidadoras) y ofrece las mismas oportunidades entre aquellas personas que pueden costearse el apoyo que necesitan y las que no pueden permitírselo.




Vidal y sus dos hijos ingobernables



Vidal y su mujer, un matrimonio septuagenario, tienen un hijo esquizofrénico, de 40 años, y una hija con epilepsia, de 39. Ambos son ya mayores, y, cuando les dan sus ataques, no hay quien los gobierne. Viven en Valencia y desde principios de este siglo tienen solicitado un internado para ellos, sin éxito. Pero en éstas se aprobó la Ley de Dependencia, hace ya dos años, y en 2007 volvieron a intentarlo. A la hija, Natividad, le han valorado y es dependiente de grado 2 (hay tres), nivel II. "Al chico también, pero de éste no sabemos ni los resultados", dice Vidal.

A Natividad le han ofrecido una plaza en una residencia en un pueblo de Castellón, pero los padres, desesperados, están dispuestos a lo que sea, "con urgencia". La edad no es ya la misma, ni para el matrimonio ni para los hijos, y con los achaques propios es difícil hacerse cargo de los hermanos cuando la enfermedad les juega los clásicos malos momentos.
La semana pasada, mientras llevaban a Miguel a una revisión médica, Natividad, sola en casa, tuvo uno de sus brotes y se lio a tirar todo lo que encontró en el salón de la familia: acabó con floreros, platos, figuritas de porcelana. "Por lo menos 60 euros todo lo que se rompió", calcula el padre. Si Vidal hubiera estado en casa en ese momento, habría impedido que se mordiera las manos, algo que la mujer suele hacer, y la hubiera inmovilizado echándose encima de ella contra el suelo, como hace cuando eso ocurre. Aunque cada vez le cuesta más trabajo.
"Y cuando los ataques le dan a Miguel nos llama de todo menos bonito. Hace unos años le cambiaron la medicación y desde entonces está peor, ahora ya no se lleva tan bien con la hermana; cuando los dos se ponen mal tengo que llevarme a la chica a la habitación porque si no, la lían. Se ponen imposibles".
A sus 74 años, a Vidal ya no le agrada como antes volver a su pueblo, en Cuenca. El bregar con los hijos puede amargarle un buen día.
"Éste es un caso que necesita ayuda urgente", dice Palmira Castellano, presidenta de la Asociación Valenciana de Dependientes y Cuidadores (Avadec), que se ha integrado en la plataforma de afectados que se ha montado en la comunidad, una organización que integra a más de 40 asociaciones.
A muchos de ellos les gustaría convocar una gran manifestación, pero los afectados por el mal ritmo que lleva esta ley en algunas comunidades son ancianos, o jóvenes discapacitados, el eslabón más débil de la sociedad.
Publicado en EL PAÍS el 20 de Marzo de 2009

lunes, 30 de marzo de 2009

La problemática de la inmigración y los recursos sociales






En apenas treinta años, España ha pasado de ser un país emisor de inmigrantes a ser receptor. Esto es debido a que en las últimas tres décadas la economía española ha experimentado un crecimiento bastante considerable, lo cual le ha llevado a ocupar un pues alto en las tablas del índice de desarrollo humano (IDH).
Hoy en día, la inmigración es un fenómeno de gran importancia tanto demográfica como económicamente. Aproximadamente el 11% de la población de España es de nacionalidad extranjera.
Las importantes diferencias económicas y las condiciones de vida favorables que no podrían tener en su país, son las motivaciones principales que incitan a todas estas personas a emigrar a España. Por otro lado, la cercanía que existe entre las costas del Magreb y la española junto con la similitud en la identidad cultural y lingüística con Iberoamérica, son otros factores que favorecen en su elección final.
Aunque podemos encontrar un número importantes de inmigrantes comunitarios, no voy a detenerme mucho en este punto, ya que estas personas no suelen tener, a excepción de la lengua, inconvenientes al llegar a nuestro país. A parte de que prácticamente gozan de los mismos derechos que un español, suele tratarse de personas jubiladas que vienen buscando un clima más cálido y rentabilizar sus ahorros, al mismo tiempo que disfrutan, prácticamente, de los mismos servicios que en su país; ellos no vienen huyendo de las miserias de sus lugares de origen.
En España se ha reconocido en varias ocasiones, antes de estallar la actual crisis, de la necesidad de contar con la mano de obra de los inmigrantes. Además, el envejecimiento de nuestra población también hace que sea importante la llegada de estos, ya que su índice de natalidad es mayor que el de los españoles. Por ello se multiplican cada vez más las ayudas a esta población, por parte de las instituciones públicas, fomentándose su acceso a los servicios sociales. Al mismo tiempo, comienzan a estructurarse y desarrollarse instituciones intermedias, como las CASI (Centros de Atención Social a los Inmigrantes) y se potencia la acción de otras agencias de integración como los sindicatos, las ONG, las asociaciones, o las redes de apoyo a los inmigrantes. Aunque es evidente que todavía queda muchísimo camino por recorrer y demasiados puntos por solucionar. Y es que, hoy por hoy, los inmigrantes siguen encontrándose con problemas que también sufren el resto de la población local, como es el poder encontrar un trabajo digno y estable o tener acceso a la vivienda. Es obvio que estos problemas aumentan considerablemente por el simple hecho de ser inmigrante y, más aún, aquellos que se encuentren en una situación irregular. Claramente están en una situación de desventaja con respecto a los demás ciudadanos.
También habría que hacer hincapié en la educación de sus hijos, ya que estos, posiblemente en su mayoría, pueden precisar de un esfuerzo pedagógico suplementario.
Para ir acabando, me gustaría hacer un especial énfasis en el drama que sufren todas aquellas personas que arriesgan sus vidas intentando llegar a las costas europeas a bordo de las llamadas “pateras”. Yo no soy un entendido en cuanto a cifras, recursos económicos ni todas esas terminologías que nos cuentan nuestros políticos cada vez que tratan el tema de la inmigración. Yo sólo entiendo y veo el sufrimiento, la angustia, la desesperación y las ilusiones truncadas de todas esas personas que cada día intentan cambiar su destino en busca de una vida digna que le dé alguna oportunidad. Y es que últimamente, cuando vemos o leemos noticias acerca de las desgracias que deja tras de sí la inmigración ya no nos inmutamos; casi ni nos cambia la expresión de la cara. Poco a poco nos vamos deshumanizando e insensibilizando. No somos consientes ni nos planteamos que detrás de esas personas, de esos seres humanos, hay sentimientos, una familia que los añora y que tiene puesta todas sus esperanzas en él o en ella… Desgraciadamente, poco a poco sólo vamos viendo cifras de muertos y desaparecidos vacías de cualquier emoción.
Los llamados países del “primer mundo” deberían de tener, en mi opinión, el deber moral de hacerse cargo de las situaciones que sufren todas estas personas, ya que, durante muchísimo tiempo nuestros gobiernos y nuestras multinacionales se han encargado de expoliar todos los recursos con los que cuentan estos países: petróleo, diamantes y demás materias primas... Con lo que han dejado sumidos a estos países en el caos y la pobreza extrema.
Pienso que la mejor solución para paliar esta desagradable realidad, aunque soy consciente de que es una utopía, sería la intervención directa en los países del tercer mundo. Es decir, atacar el problema en su origen, ayudando al desarrollo de sus economías.
Pero la cruda realidad es que esto no interesa, ya que para que haya ricos deben de existir los pobres.


Debemos de tener siempre presente que nuestros familiares también tuvieron que inmigrar cuando no contaban con ninguna oportunidad en España.


TU MUNDO DE LUZ


Relato ganador del primer concurso de relatos “inmigración, emigración e interculturalidad” de UGT.

(Autor/a: Pelagia)

Puedes abrazarme, puedes besarme, puedes hacer el amor conmigo pero ni siquiera conocerás mi nombre. Apenas hablo tu idioma pero sé perfectamente lo que quieres. Me acerco a ti y comienzo a desnudarme. En tu cara se dibuja una sonrisa torva y mellada. Con los ojos cerrados comienzas a restregarme las manos sudorosas por los hombros, por el cuello, por las mejillas. Te llevo hasta la cama y allí el día cubre la noche con un chasquido de pieles que se repite como gotas de una lluvia caprichosa en el desierto, sin demasiado sentido pero inevitable. Intento escudriñar tu rostro, ver más allá de estos ojos apretados y de esta boca entreabierta que se acerca a la mía con cada nueva embestida. Tu rostro. Es lo único que retengo de ti, un semblante macilento y extraño, extraño a pesar de que se parece al que vino anoche y que se parecerá al que venga mañana. Lo imagino entrando de puntillas a una alcoba con papel pintado en las paredes, acurrucándose junto al de una mujer que se finge dormida. En este cuarto sólo hay manchas de humedad y botellas vacías. Siento como tu mano avanza sobre el colchón y me agarra un pecho. Empiezas a hacerme daño con esa mano, la mano que acarició el pelo revoltoso de tus hijos esta mañana, la que estrechó la de un vecino ayer, la misma en la que llevas un anillo dorado. Tus manos. Dentro de esta habitación las manos no dejan calor, sólo un frío doloroso en el estómago y... dinero.

Puedes pegarme si quieres, también puedes gritarme, puedes intentar destrozarme las entrañas con tu hombría acomplejada pero seguiré sonriendo y tú nunca sabrás de dónde vengo, no conocerás el sol que me ha bronceado la piel, ni la tierra que hollaron mis pies por primera vez. La cama cruje debajo de nosotros como un pequeño bote que se estrella contra las rocas, una vez, y otra vez. Era un pequeño bote el que nos llevaba a tu mundo de luz, el que dejaba tras las olas un país mutilado por las guerras y por el hambre. Pero en realidad, sólo me acercaba a esta cárcel de yeso enmohecido. El mar se tragó al pequeño bote y así se vengó de nuestros sueños. Veo los trozos de madera y tres o cuatro cuerpos, tendidos sobre la arena, dormidos más allá de las fronteras de tierra y agua que tocamos con los dedos... yo nunca desperté en aquella playa sino debajo de vosotros, apretujada entre las sábanas sucias de una cama que cruje como el pequeño bote de esperanzas que naufragó a orillas de vuestro mundo de luz, el mundo que creéis haber comprado; como si se pudieran atesorar las nubes que cada día surcan el cielo... Compráis cosas que os compran a vosotros y compráis personas que no tienen otra cosa que vender más que a sí mismas. Ya no es mío este cuerpo que alquilo para otros y si dentro de él había algo más que vísceras, se lo vendí a un camello a cambio de unas horas fuera de esta habitación.

Sí, puedes fumar, puedes hacer cuanto quieras. Asiento con la cabeza. El juego consiste en eso. Todo lo que hay más allá de esa puerta por la que has entrado, a mí me está prohibido. Todo lo que está a este lado, a ti te está permitido. Dejas atrás tu mundo de luz y te adentras en el de las cosas invisibles, aquellas que porque no se ven no pueden existir, aquellas que porque no se ven escapan de lo moral o lo inmoral, aquellas de las que yo formo parte. Mis ojos coinciden por primera vez con tus ojos. Te das cuenta y me pegas un guantazo. ¿Qué has visto en ellos? Tu propia humillación, tu miedo a que los dos mundos se mezclen a través de una mirada. Olvidas que más allá de mis ojos no hay nada, que yo misma soy invisible, que el abismo aquí es tan profundo que tu mundo de luz no puede colarse a través de ninguna rendija. La luz. La luz resbalaba sobre los cuerpos de ébano que cubrían la arena, hinchados y sin vida a este otro lado del mar. Fue su espuma oscura la que arribó conmigo a esta habitación de besos negociados. Te pones de pie y tiras el cigarrillo al suelo. De espaldas a ti me atrevo a alzar los ojos. Te veo desnudo y pálido y te encuentro débil como un animal recién nacido. Ya no guardo piedad para mí, se fue con las lágrimas del principio, con el claro de luna que guardáis en diminutas bolsas de plástico. Recoges la ropa de una silla que hace las veces de mesita de noche y sin querer tiras una caja de preservativos al suelo. No has querido ponértelo. Guardo entre las piernas el calor que engendró a tus hijos pero no siento miedo. Mi vientre es un campo yermo, mi vientre sólo da frutos muertos desde la noche de las agujas y la enfermedad, una ventaja que gano a esta vida que no me pertenece. Dejas el dinero sobre la mesa y me levanto con rapidez para comprobar si es lo acordado. Murmuras algo y con un gesto de asco en la cara sales a tu mundo de luz, enseñando a los demás tu alma limpia de pecados visibles. Aquella tarde escapé de la sangre derramada de mi pueblo, de las tumbas junto al mar, de las sirenas y de los uniformes, pero me atrapó el miedo, el miedo a la luz mentirosa de tu mundo.

sábado, 7 de marzo de 2009

Comentario sobre algunos servicios sociales

Los servicios que voy a comentar hacen referencia a la memoria del Departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Hondarribiko Udala.
Los tres servicios que más me han llamado la atención de todas las prestaciones que ofrece este departamento son los siguientes:
· El programa de atención jurídico-social “HELDU” para personas inmigrantes. Debido a su condición de irregulares, los inmigrantes pueden sufrir un riesgo de exclusión social. Además, tener que lidiar con la administración es muchas veces problemático hasta para los propios residentes. Por lo que creo que es un gran apoyo y una medida fundamental para intentar normalizar la situación de este colectivo.
http://gestiona.madrid.org/ofin_web/html/web/guia_recursos.htm?ESTADO_MENU=2 (Guía de de recursos para la inmigración).

· Las Estancias Temporales en Residencias para personas mayores atendidas habitualmente en familia, junto con el programa Sendian. Creo que ambos programas se complementan muy bien y cuentan con muchos recursos tanto para el dependiente como para sus familias.
Esta medida puede ayudar a prevenir posibles tensiones familiares que pueden surgir del desgaste que supone el lidiar el día a día de cada uno con el cuidado de un familiar dependiente.
http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_ConvocaPrestac_FA&cid=1109168956714&language=es&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&pid=1109265444835&segmento=1 (Información sobre estancias temporales en la Comunidad de Madrid).

· Y, por último, las ayudas de Emergencia Social. Muchas familias se están viendo afectadas por la compleja situación económica que estamos viviendo. A muchas de estas familias les resulta más complicado hacer frente a ciertos gastos básicos. Esto lo podemos apreciar mejo en la tabla de gastos del departamento. Aquí vemos que esta subvención es de las más solicitadas y, una de las que más presupuesto gasta. Por lo que creo que la medida es muy acertada.
http://www.madrid.org/cs/Satellite?c=CM_Orden_BOCM&cid=1142499518700&idBoletin=1142499407241&idSeccion=1142499516636&language=es&pagename=Boletin%2FComunes%2FPresentacion%2FBOCM_popUpOrden (Información sobre ayudas de emergencia social de la Comunidad de Madrid).

miércoles, 11 de febrero de 2009

Reflexión sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos

La declaración universal de los derechos humanos acaba de cumplir seis décadas. Esta medida fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas después de haber vivido una de las épocas más oscuras en la historia de la humanidad, con la segunda guerra mundial y los crímenes del nazismo aún latentes. Aquí se recogen los derechos humanos considerados como básicos y los instrumentos necesarios para su cumplimiento.
No obstante, sesenta años después de dicha declaración no tenemos nada que celebrar. En estos sesenta años, se han vulnerado y, de seguir así, se continuará vulnerando los derechos fundamentales que se firmaron en su día.
La situación mundial actual es un claro reflejo de que se está siguiendo en una línea totalmente opuesta a la pretendida en la asamblea del 48. Simplemente basta con abrir cualquier periódico para ver todas las atrocidades que se están cometiendo:

  • Guerras en Oriente Medio inventadas por EE.UU. y sus aliados con el pretexto de recuperar las libertades civiles y políticas, cuando en realidad el único motivo es el enriquecimiento de estos.
  • Israel continúa asesinando, torturando, encarcelando sin un proceso justo, bloqueando las fronteras y expulsando de territorio palestino a estos.
  • Funcionamiento de cárceles secretas que violan todo tipo de derechos humanos, como es el caso de Guantánamo.
  • El expolio indiscriminado que los países enriquecidos cometen en el tercer mundo.
  • La desnutrición y la muerte prematura que millones de niños sufren por causas evitables. Y, donde casi mil millones de personas se encuentran desnutridas.
  • Un tercio de la población mundial no tiene posibilidad de contar con agua potable.
  • Existen leyes comerciales y agrarias, entre otras, que sólo benefician a los países más ricos.
  • Vivimos en una sociedad completamente desigual en donde el 20% de la sociedad consume en el 80% de los recursos.

Cada vez toma más sentido la afirmación de Susan George, una de las líderes de los movimientos anti-globalización, cuando declaró que “el capitalismo no es compatible con los derechos humanos”. El único afán del capitalismo es acumular ganancias y, cualquier forma de conseguirlo es válido; no tiene en cuenta al ser humano para obtener su objetivo. Simplemente serán meros "daños colaterales". Así que, mientras sigamos viviendo y produciendo bajo los patrones del capitalismo, cualquier intención de cambio será impensable.
Todos estos ejemplos, entre otros, hacen que la declaración, cargada de un alto sentimiento moral, se haya quedado reducida simplemente en eso, en una declaración de buenas intensiones. Y esto lo ratifica el hecho de que no se trata de un documento obligatorio o vinculante para los Estados, lo cual dice mucho de la utilidad del mismo.
Por lo tanto, pienso que cualquier acto de celebración de esta declaración tan anhelada, hoy por hoy, es una gran hipocresía que nos queda aún muy lejos. No estamos en condiciones de celebrar nada, en todo caso, deberíamos seguir denunciando las atrocidades que se siguen cometiendo a lo largo de todo el planeta día tras días y la actitud pasiva de la sociedad del “primer mundo”.